Ante el eminente avance tecnológico en el presente siglo, es necesario cambiar las concepciones del trabajo que se debe realizar en el aula y el tipo de alumno para el cual se diseñan las situaciones de enseñanza-aprendizaje. La escuela no debe permanecer ajena a la realidad tecnológica que viven los estudiantes, de lo contrario correría el riesgo de no responder a las necesidades de aprendizaje, creando una brecha abismal entre la vida cotidiana y la vida escolar.
Por ello, los profesores se enfrentan al gran reto del cambio en las formas de enseñanza y a la forma de visualizar los nuevos recursos de apoyo a la práctica docente.
Se debe pensar en diseñar contextos de aprendizaje que incluyan la utilización de los medios electrónicos en relación con la currícula, a fin de aprovechar las posibilidades educativas que éstos poseen y avanzar en el logro de los propósitos educativos.
Los medios no sólo actúan como transmisores de la información y la comunicación, también apoyan en las estructuras mentales de los estudiantes cuando interaccionan con las herramientas electrónicas, y éstas les demandan la aplicación de ciertas capacidades cognitivas y habilidades que les permitan resolver lo que se les presenta.
Los medios no sólo actúan como transmisores de la información y la comunicación, también apoyan en las estructuras mentales de los estudiantes cuando interaccionan con las herramientas electrónicas, y éstas les demandan la aplicación de ciertas capacidades cognitivas y habilidades que les permitan resolver lo que se les presenta.
En este contexto, el profesorado se enfrenta a dos escenarios en los cuales debe empezar y mantener el proceso de cambio:
1. Lo que implica el desarrollo de nuevas competencias profesionales para el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
2. La adopción y adaptación de nuevas actividades que se apoyen en los medios electrónicos con formas diferentes de concebir la enseñanza y el aprendizaje en la búsqueda de lograr los propósitos educativos.
La tecnología evoluciona día a día lo que significa que el proceso de aprendizaje del docente y de los alumnos no se frena, es decir, se asume como permanente. Así las cosas se puede decir que se vive un momento de configuración de la sociedad y la cultura educativa diferente.
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